El consumo de pornografía en la sociedad actual sigue siendo un tabú, que en hombres pueden tener un efecto nocivo para la salud.
Según estudios está práctica contribuye a la difusión eréctil, porque el individuo se excita con materiales eróticos que con su pareja.
A su vez prefieren aplazar la satisfacción de una comida favorita u otra clase de premio que renunciar a la pornografía. El estudio también encontró que las personas que se abstienen de ver pornografía tienen un nivel menor de ‘aplazamiento de la satisfacción’, es decir, que la recompensa no pierde su valor aunque haya que esperar más.
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