La mayoría de los animales se miran entre sí para mostrar amenaza o interés. Los seres humanos también lo hacemos, pero entre nosotros el contacto visual resulta más complicado y está lleno de matices sociales.Si es demasiado corto, podemos parecer nerviosos, evasivos o poco fiables; si es demasiado largo, podemos intimidar o exhibir una confianza o intimidad excesivas. En casos extremos, es una característica definitoria de condiciones clínicas como el autismo o la esquizofrenia. Por si no fuera suficientemente delicado, cada cual aguanta la mirada durante un tiempo diferente.
Investigadores de varias universidades británicas han querido averiguar cuál es el tiempo adecuado para mantener la mirada de otro, motivo por el que han realizado un curioso experimento cuyos resultados publican en la revista Open Science de la Royal Society. En su estudio, los científicos pidieron a un grupo de 498 estudiantes contemplar el vídeo de un actor que mira hacia el exterior de la pantalla. Debían pulsar un botón cuando sus miradas se encuentran durante un tiempo que resulta demasiado incómodo.
Durante la prueba, el movimiento de los ojos y el tamaño de las pupilas de los voluntarios fueron grabados con tecnología de seguimiento ocular. En promedio, los participantes tuvieron una duración de mirada preferente de 3,3 segundos, más o menos 0,7 segundos. Esto no dependía de características como el género, los rasgos de la personalidad o el atractivo.
Las preferencias individuales también pudieron ser medidas. Los investigadores encontraron que la rapidez con la que se dilatan las pupilas cuando se miran los ojos de otro son un buen indicador de cuánto tiempo se quiere contemplar. A los que prefieren un contacto más largo, se les dilatan las pupilas más rápidamente. Las diferencias son tan sutiles, sin embargo, que sólo se pueden comprobar con un software de seguimiento ocular, así que no llegue a conclusiones precipitadas la próxima vez que mire a los ojos a esa persona que le gusta.
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