Eventualmente, si vivimos suficiente tiempo, a muchos de nosotros nos tocará enfrentar las cataratas, ese proceso en el que el cristalino va perdiendo flexibilidad y volviéndose opaco hasta bloquear la vista parcial o totalmente. Este proceso de endurecimiento suele comenzar a partir de los 45 años, aunque factores genéticos o enfermedades como la diabetes pueden propiciar la aparición prematura de cataratas; y están también los accidentes, que hasta pueden crearte una estrella en el ojo, como en los dos casos de los que te hablaremos a continuación.
El primer caso apareció mencionado en 2013 en el New England Journal of Medicine: un hombre de 55 años, originario de Austria, acudió al médico debido a que cada vez veía peor por un ojo que había sido golpeado nueve meses antes. Al ser examinado, los médicos se encontraron con una catarata en forma de estrella en el ojo.
Aunque la forma de estrella en el ojo es original, el efecto general no lo es tanto, como pueden testimoniar los médicos especializados en traumas deportivos: cuando recibes un golpe directo, la onda de choque puede deformar el cristalino, haciendo que la opacidad se forme en los bordes.
El paciente fue sometido a una intervención conocida como facoemulsificación, que consiste en romper con ondas sonoras el material opaco del cristalino, para luego aspirarlo. Posteriormente le colocaron un lente intraocular.
El otro caso conocido de una catarata con forma de estrella en el ojo se presentó en California en 2004, cuando un electricista recibió una descarga de 14.000 voltios que recorrió todo su cuerpo, afectando gravemente el nervio óptico. El hombre, de 42 años, se presentó en una clínica oftalmológica cuatro semanas después del accidente con la capacidad visual de ambos ojos seriamente disminuida, con cataratas en las curiosas formas ya mencionadas. Cuatro meses después fue intervenido quirúrgicamente, extrajeron las cataratas y se le colocaron lentes intraoculares, y aunque no perdió la vista tampoco la recuperó por completo.
Las operaciones de cataratas son las intervenciones oftalmológicas más frecuentes en el mundo (sólo en Estados Unidos se realizan más de dos millones de operaciones cada año), sin embargo, estas figuras en el cristalino no son tan comunes y son resultado del más puro azar. Dada la frecuencia de estas operaciones es posible que alguno de los lectores de este artículo haya tenido una experiencia con cataratas, ¿te gustaría compartirla con nosotros?
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