Algunas personas no pueden recordar una cara. El neurólogo y escritor Oliver Sacks escribió la célebre frase acerca de esta condición, conocida como ceguera de cara o la prosopagnosia, en su libro “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”. Pero hay otras personas que tienen una capacidad extraordinaria para reconocer caras, incluso aquellas de extraños. Los científicos han estudiado a estos “súper-reconocedores”, y han encontró que son tan buenos para recordar caras, como son malos quienes sufren de prosopagnosia.
¿Tienes una habilidad superior para reconocer caras?
Los grandes reconocedores son raros. Josh P. Davis, profesor de psicología de la Universidad de Greenwich, en Inglaterra, dijo que estos individuos probablemente representan menos del 1% de la población. También dijo que algunos agentes de policía de Londres son super-reconocedores, y los utilizan para identificar a los criminales de imágenes de cámara borrosa.
Eso sí, también existe lo opuesto. El primer caso de ceguera de la cara o ceguera facial se informó en el año 1976. De acuerdo con el NIH, el ser incapaz de reconocer rostros puede surgir de un derrame cerebral, una lesión cerebral traumática o de enfermedades del cerebro, pero aproximadamente el 2,5% de la población puede nacer con esta condición, según sugieren los estudios.
Pero volvamos a los super-reconocedores de rostros. Un neurocientífico de Harvard y sus colegas estaban estudiando esta condición, cuando fueron contactados por una serie de personas que afirmaron tener una increíblemente buena capacidad de reconocer caras.
“No importa cuántos años pasen, si yo he visto su cara antes, yo seré capaz de recordar dónde,” dijo una estudiante de doctorado femenino de 26 años de edad a los investigadores, añadiendo que sólo le ocurría con las caras.
Los investigadores contactaron con cuatro sujetos, entre ellos la joven antes mencionada, que hablaron sobre los momentos en que reconocían cara sorprendiéndose a sí mismos. Esos momentos en los que habían reconocido a personas que eran casi desconocidos, que no habían visto desde hacía años y desde entonces habían envejecido (incluso de niños a adultos), o adquirido un peinado diferente. Además, todos decían ser capaces de reconocer a actores que tenían sólo papeles menores en películas, televisión o anuncios. Todos los sujetos del estudio coincidieron en algo muy curioso: tenían que ocultar su súper habilidad para evitar parecer espeluznantes.
En el estudio, Richard Russell, de la Universidad de Harvard, y sus colegas diseñaron pruebas para medir la capacidad de reconocimiento facial extremo. Dieron versiones de estas pruebas a los cuatro super-reconocedores, así como a 25 personas “normales” como muestra. Los super-reconocedores realizaban la prueba mejor que cualquier otro. Los super-reconocedores recibieron una puntuación perfecta y obtuvieron mejores resultados que cualquiera de los “normales”, dejando patente una diferencia extraordinaria.
Tomados en conjunto, los resultados proporcionan pruebas objetivas que demostraban que los super-reconocedores tenían una capacidad significativamente mejor que la normal.
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