Wade McCrae Washington nació con parálisis cerebral y corea, un trastorno neurológico que produce movimientos involuntarios anormales de los pies y las manos. Cuando cumplió 12 años se le diagnosticó escoliosis —curvatura de la columna vertebral— y la mayoría de los doctores aseguraban que no viviría hasta los 18 años. Pero a pesar de las dificultades que experimentaba en su día a día, Washington decidió que rendirse no era una opción válida.
"Siempre tuve el sueño de convertirme en fisicoculturista y descubrí que el ejercicio físico duro me ayudaba a luchar contra mis limitaciones", cita las palabras de Washington el portal Bossip. "Mi otro sueño era convertirme en luchador, pero es muy peligroso", asegura el deportista.
Poco después de comenzar a entrenar se dio cuenta de que su cuerpo comenzaba a cambiar. "Entendí que el ejercicio era mi vida", señala el hombre, quien afirma que "el fisicoculturismo es lo que me mantiene con vida. Si hubiera dejado de ejercitarme, probablemente ahora estaría muerto".
Su entrenadora personal, Tina Chandler, fue una de las personas que le ayudó a alcanzar su sueño. "Al principio no podía mantener el control sobre las máquinas de entrenamiento", asegura Chandler y señala que tuvieron que atravesar un duro camino para lograr los resultados deseados. "Tú debes decirle qué hacer", son las palabras con las que diariamente empuja a Washington a tomar el control de su cuerpo.
"Lo hicimos"
Por sus méritos, Washington se ha convertido en miembro de la Organización Global de Fisicoculturismo (GBO, por sus siglas en inglés). Su entrenadora afirma que nadie creía que esto pudiera ser posible, "pero sucedió, lo hicimos".
El hombre de 44 años tiene una "amada esposa", con la que ha vivido por más de 22 años, una hija e incluso una nieta. Esta increíble persona asegura que aún le queda mucho por lo que debe luchar. "Mi meta es vivir lo máximo posible y quiero inspirar a mis amigos, a las personas de todo el mundo ¡y a ti!", asegura.
RT
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