Rubio es un perro que encontró una familia de adopción después de seis meses esperando en la calle, aguantando el frío y pasando hambre; en el mismo sitio donde lo dejó Olivia Sievers. Allí se lo encontró, en la puerta de un hotel, seis meses después de que ella volara a Alemania. Esta historia es increíble, Rubio también y por eso Olivia decidió adoptarlo, reseña Gonzoo
Todo comenzó en Buenos Aires. Olivia, una azafata alemana, se encontró a Rubio en la calle y decidió prestarle un poco de atención y jugar con él, y fue entonces cuando Rubio decidió que haría lo imposible para que se convirtiera en su nueva dueña.
Aquel día empezó a anochecer y la joven tuvo que regresar al hotel. Rubio, entristecido, le siguió allí donde iba, intentando evitar una despedida. “Intenté que no me siguiera hasta el hotel. Que siguiera su camino. Pero no fue así. Siempre me miraba y me seguía”, explicó Sievers a la prensa local.
La chica tuvo que partir a Alemania y no volvió a Buenos Aires hasta seis meses después. Cuando volvió, allí estaba Rubio, en el mismo lugar donde lo había dejado, plantado frente a la puerta del hotel. Fue entonces cuando la joven supo que tenía que adoptar al perrito. Y así lo hizo.
La Patilla
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