Lo que tu firma dice de ti
La firma no es solo un garabato con el cual nos identificamos legalmente. Más allá de esa función, en un autógrafo quedan plasmados los principales rasgos de nuestro temperamento, así como nuestros miedos y ambiciones secretas.
Aunque no se puede deducir la personalidad de alguien solamente a través de la firma, lo cierto es que esta sí da importantes indicios sobre la manera de ser de una persona. Algunos aseguran inclusive que la firma es como una autobiografía o un autorretrato sintetizados, básicamente en términos de la valoración que cada quien hace de sí mismo.
A diferencia de otros textos, en la firma se plasma también una rúbrica o una serie de trazos que acompañan o sustituyen al nombre. Son todas esas líneas, adornos, o elementos distintivos que añadimos, en principio, para que nuestra firma no sea fácilmente falsificable; pero, al mismo tiempo, para hablar inconscientemente de nosotros mismos. Estos son algunas de las principales interpretaciones de la firma.
Rasgos generales de la firma
Uno de los principales elementos a observar es la forma como se escribe el nombre dentro de la firma. Hay quienes lo escriben completamente, mientras que otros lo abrevian o simplemente lo omiten. Al respecto, aparecen las siguientes variaciones.
Escribir el nombre completo: es señal de aprecio por sí mismo, seguridad y auto aceptación.
Cuando el nombre es suprimido o se abrevia: indica que hay rechazo por las experiencias de la infancia y un deseo de olvidar el pasado.
Si se suprime o se abrevia el apellido materno: lo más probable es que haya un conflicto no resuelto con el padre, que permanece fijado en el inconsciente.
Quienes firman solamente con sus iniciales: dan a entender que llevan un profundo sentimiento de culpa en su interior.
El nombre y el apellido que se escriben en dos planos diferentes: denota infravaloración y la existencia de un conflicto interior que lleva a la persona a sentirse “dividida”.
El tamaño de la firma también es importante. Las firmas grandes corresponden a personas con deseos de figurar o de ser notadas, mientras que las firmas pequeñas nos hablan de quienes quieren pasar desapercibidos. Si el nombre es más grande que el apellido, sugiere a una persona atada a vivencias infantiles. Si, por el contrario, es más grande el apellido que el nombre, representa a personas con gran necesidad de tener éxito social.
Lo que nos dice la rúbrica
En grafología hay una máxima que dice: “A menos rúbrica, más personalidad”. Esto quiere decir que las firmas más sencillas y simples identifican a las personas que se sienten más seguras de sí mismas y viceversa. Hay también otros elementos de la rúbrica que describen al autor de una firma:
Las rúbricas envolventes. Son aquellas en donde la firma aparece envuelta por líneas que la encierran. Denotan inseguridad, dependencia, inmadurez y fuerte apego por la figura materna. También remite a una necesidad de “esconderse”, ya que existe un auto reproche que permanece latente.
Las rúbricas que tachan la firma. A veces el nombre o la firma básica aparecen tachadas o cruzadas por las líneas de la rúbrica. En este caso, lo que se representa es un temor a ser atacado por los padres, en particular por el padre. Nos habla de un deseo desmedido de perfección y de unos criterios severos para orientar la vida.
Rúbricas que hacen ilegible la firma. El nombre no aparece, sino una serie de líneas o de garabatos, sin significado aparente. Esto se puede interpretar como resultado de una persona escapista, que tiene un gran temor a mostrarse tal y como es. Indica sentimientos de inferioridad y temores ocultos.
Colocación de la firma
La forma como se localiza la firma en el papel también ofrece pistas acerca de cómo es una persona y, en particular, de cómo se ubica frente a sí misma y frente al mundo. Las inclinaciones en el texto o la ubicación en la parte izquierda, central o derecha, sobre una línea, sugiere diferentes tipos de temperamento.
Si la firma se sitúa a la izquierda o se inclina a la izquierda: hay desilusión y temor frente a los demás. Habla de una persona que se impone autolimitaciones para alcanzar sus objetivos.
Firma en el centro de la línea: sugiere a una persona indecisa, que tiende a posponer sus planes y proyectos. Si la firma es grande, habla de alguien que tiende a tener conductas teatrales.
Firma situada a la derecha: es propia de personas independientes, orgullosas e individualistas. Hay algo de inestabilidad y de necesidad de ocuparse de varias cosas al mismo tiempo.
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