El sacrificio humano en la antigüedad se practicaba sin decoro en varias religiones y culturas. Para establecer conexión con deidades, los devotos asesinaban al prójimo con un sadismo que no entendía de edades ni lazos familiares… pues, saciar la sed de sangre de sus dioses les hacía desprenderse de cualquier debilidad.
A continuación desvelamos unas de las muertes rituales más escalofriantes del pasado.
1. Desollaban humanos vivos en honor a un Dios Azteca
Xipe Tótec, Dios de la cosecha en la mitología Azteca, estaba asociado con la piel humana. Cuenta la leyenda que él mismo se arrancó la piel y los ojos para renovar el suelo seco, a razón de volverlo más fértil y así salvar a los seres vivos de hambrunas. Por lo que el sacrificio humano, ejecutándolo de la misma manera en la que la deidad afrontó aquel martirio, era una manera de agradecerle su acto.
Para ello, los aztecas despellejaban vivas a sus víctimas, con suma precisión para no arruinar las pieles, ya que los sacerdotes se cubrirían con ellas durante el ritual de fertilidad. Éstas eran pintadas con pigmento amarillo y las lucían entre danzas y adoraciones.
Xipe Tótec, Dios de la cosecha en la mitología Azteca, estaba asociado con la piel humana. Cuenta la leyenda que él mismo se arrancó la piel y los ojos para renovar el suelo seco, a razón de volverlo más fértil y así salvar a los seres vivos de hambrunas. Por lo que el sacrificio humano, ejecutándolo de la misma manera en la que la deidad afrontó aquel martirio, era una manera de agradecerle su acto.
Para ello, los aztecas despellejaban vivas a sus víctimas, con suma precisión para no arruinar las pieles, ya que los sacerdotes se cubrirían con ellas durante el ritual de fertilidad. Éstas eran pintadas con pigmento amarillo y las lucían entre danzas y adoraciones.
2. Decapitaban a esclavos como tributo a los ancestros
Sobre los Druidas Celtas no hay mayores registros escritos que den certeza sobre su historia, solo podríamos asegurar que, efectivamente, existieron. Los romanos como Julio César, contaban que estos miembros sacerdotales de gran estrato acostumbraban a ejecutar macabros sacrificios humanos.
Uno de los más escalofriantes consistía en edificar una estructura de forma humana, hecha con palos. En ella enjaulaban a decenas de personas, hacinadas, para ser quemadas vivas. A esto se le conoce como el hombre de mimbre.
Los druidas creían que asesinar a criminales satisfacía mucho más a los dioses de la mitología celta, aunque también mataban a personas inocentes y esclavos. De cualquier manera, la sed de sangre de sus deidades era implacable, así que otras formas de sacrificio tendrían lugar en sus cultos, como los ahorcamientos para el Dios Esus (dios galo de la mitología Celta) yahogamientos en cerveza Ale (bebida de los pueblos celtas) para Teutates.
4. Sacrificios a niños en la antigua civilización cartaginesa
Ubicado en el barrio cartaginés de Salambó, en Túnez, se encuentra el Tofet de Cartago, una necrópolis en la que yacen las cenizas de niños que compartieron un destino fatal. Ahí, en lo que hoy se considera como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fueron sacrificados cientos de bebés en honor al dios Moloch, “el protector de Cartago”.
El culto a Moloch se realizaba con una estatua de bronce hueca, tallada con su figura de hombre con cabeza de becerro. El rey, como también se le llamaba, se encontraba sentado en su trono con los brazos extendidos para recibir a los niños que morirían en su honor.
Los adoradores incendiaban el interior de la escultura y, mediante unas cadenas, suspendían a los bebés hasta introducirlos en la boca de la deidad. Los recién nacidos, considerados como seres impregnados de materia, se calcinaban en su vientre para purificar el alma de los hombres. A este ritual atroz se le conocía como “molk”.
5. Estrangulamiento de viudas, en Fiyi
En Fiyi se practicó durante décadas una costumbre funeraria que nos hace llevarnos las manos a la cabeza, como todas las formas de sacrificio humano de la antigüedad que compartimos en este artículo.
Thomas Williams, en su libro Fiyi y los Fiyianos, habla sobre el “estrangulamiento de la viuda”, una costumbre del país insular, que condenaba a las mujeres a morir si sus maridos lo hacían. Tal como sugiere el nombre de la tradición, morían mediante la asfixia.
Los grandes jefes acostumbraban a sostener relaciones poligámicas, pero entre sus esposas estaban las watina lalai, las cuales se consideraban como las compañeras sentimentales con un rango inferior. Generalmente eran ellas las que debían someterse al sacrificio.
El estrangulamiento se producía durante el funeral y no lo podía hacer otra persona sino el hermano de la mujer. Si éste se negaba a matarla, debía al menos vigilar cómo asesinaban a su hermana. De ninguna manera podían escaparse de presenciar el flagelo.
6. Sacrificio humano con saltos al inframundo
Los cenotes o sumideros profundos de Yucatán, funcionaban como portales al Xilbabá, un mundo subterráneo que representaba al inframundo de la mitología Maya. En tiempos de sequía, estos lugares se activaban fuertemente con rituales y sacrificios humanos. Los Mayasarrojaban a personas vivas en estos agujeros como ofrenda a los dioses del Xilbabá para que enviaran la lluvia y se dieran las cosechas.
Ellos aseguraban que quienes eran lanzados a los cenotes no perdían la vida, así que básicamente los enviaban bajo engaño a una muerte segura en estos túneles subterráneos de agua dulce. Y a pesar de que los que fueron arrojados a las profundidades nunca jamás fueron vistos de nuevo, la mentira se repetía una y otra vez con efectividad.
Actualmente, investigadores han hallado en las aguas de estos portales al inframundo maya desde objetos, esqueletos de animales…vértebras, cráneos y otros restos humanos.
Alrededor de 1730, bajo el reinado de Agaja, se instauró una tradición en África Occidental cargada de excesos. Anualmente, en Dahomey (actual República de Ghana), los dignatarios se reunían para discutir sobre el destino del reino y jactarse de otras prácticas verdaderamente perturbadoras.
Como parte de la religión africana Vudú, decenas de esclavos, criminales y prisioneros de guerra eran decapitados en agradecimiento a los espíritus de los ancestros. A pesar de la brutalidad con que lo hacían, la asistencia a esta ceremonia conocida como Xwetanu -cuya traducción es “negocio anual de cabezas”- era multitudinaria.
Este escenario espeluznante se repetía en los funerales de los reyes como exequias honoríficas. Y en ése mismo curso, este sacrificio humano de la antigüedad era la manera mediante la que pedían la aprobación de los antepasados para oficializar el mandato de un nuevo Rey… y qué manera de hacerlo.
Como parte de la religión africana Vudú, decenas de esclavos, criminales y prisioneros de guerra eran decapitados en agradecimiento a los espíritus de los ancestros. A pesar de la brutalidad con que lo hacían, la asistencia a esta ceremonia conocida como Xwetanu -cuya traducción es “negocio anual de cabezas”- era multitudinaria.
Este escenario espeluznante se repetía en los funerales de los reyes como exequias honoríficas. Y en ése mismo curso, este sacrificio humano de la antigüedad era la manera mediante la que pedían la aprobación de los antepasados para oficializar el mandato de un nuevo Rey… y qué manera de hacerlo.
3. Incineración de personas vivas por los druidas
Sobre los Druidas Celtas no hay mayores registros escritos que den certeza sobre su historia, solo podríamos asegurar que, efectivamente, existieron. Los romanos como Julio César, contaban que estos miembros sacerdotales de gran estrato acostumbraban a ejecutar macabros sacrificios humanos.
Uno de los más escalofriantes consistía en edificar una estructura de forma humana, hecha con palos. En ella enjaulaban a decenas de personas, hacinadas, para ser quemadas vivas. A esto se le conoce como el hombre de mimbre.
Los druidas creían que asesinar a criminales satisfacía mucho más a los dioses de la mitología celta, aunque también mataban a personas inocentes y esclavos. De cualquier manera, la sed de sangre de sus deidades era implacable, así que otras formas de sacrificio tendrían lugar en sus cultos, como los ahorcamientos para el Dios Esus (dios galo de la mitología Celta) yahogamientos en cerveza Ale (bebida de los pueblos celtas) para Teutates.
4. Sacrificios a niños en la antigua civilización cartaginesa
Ubicado en el barrio cartaginés de Salambó, en Túnez, se encuentra el Tofet de Cartago, una necrópolis en la que yacen las cenizas de niños que compartieron un destino fatal. Ahí, en lo que hoy se considera como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fueron sacrificados cientos de bebés en honor al dios Moloch, “el protector de Cartago”.
El culto a Moloch se realizaba con una estatua de bronce hueca, tallada con su figura de hombre con cabeza de becerro. El rey, como también se le llamaba, se encontraba sentado en su trono con los brazos extendidos para recibir a los niños que morirían en su honor.
Los adoradores incendiaban el interior de la escultura y, mediante unas cadenas, suspendían a los bebés hasta introducirlos en la boca de la deidad. Los recién nacidos, considerados como seres impregnados de materia, se calcinaban en su vientre para purificar el alma de los hombres. A este ritual atroz se le conocía como “molk”.
5. Estrangulamiento de viudas, en Fiyi
En Fiyi se practicó durante décadas una costumbre funeraria que nos hace llevarnos las manos a la cabeza, como todas las formas de sacrificio humano de la antigüedad que compartimos en este artículo.
Thomas Williams, en su libro Fiyi y los Fiyianos, habla sobre el “estrangulamiento de la viuda”, una costumbre del país insular, que condenaba a las mujeres a morir si sus maridos lo hacían. Tal como sugiere el nombre de la tradición, morían mediante la asfixia.
Los grandes jefes acostumbraban a sostener relaciones poligámicas, pero entre sus esposas estaban las watina lalai, las cuales se consideraban como las compañeras sentimentales con un rango inferior. Generalmente eran ellas las que debían someterse al sacrificio.
El estrangulamiento se producía durante el funeral y no lo podía hacer otra persona sino el hermano de la mujer. Si éste se negaba a matarla, debía al menos vigilar cómo asesinaban a su hermana. De ninguna manera podían escaparse de presenciar el flagelo.
6. Sacrificio humano con saltos al inframundo
Los cenotes o sumideros profundos de Yucatán, funcionaban como portales al Xilbabá, un mundo subterráneo que representaba al inframundo de la mitología Maya. En tiempos de sequía, estos lugares se activaban fuertemente con rituales y sacrificios humanos. Los Mayasarrojaban a personas vivas en estos agujeros como ofrenda a los dioses del Xilbabá para que enviaran la lluvia y se dieran las cosechas.
Ellos aseguraban que quienes eran lanzados a los cenotes no perdían la vida, así que básicamente los enviaban bajo engaño a una muerte segura en estos túneles subterráneos de agua dulce. Y a pesar de que los que fueron arrojados a las profundidades nunca jamás fueron vistos de nuevo, la mentira se repetía una y otra vez con efectividad.
Actualmente, investigadores han hallado en las aguas de estos portales al inframundo maya desde objetos, esqueletos de animales…vértebras, cráneos y otros restos humanos.
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