Estás haciendo las valijas para irte a la Antártida. Botas gruesas, bufandas, camperas y... ¿traje de baño? Sí, sí, así es, pero solamente si vas en dirección de la isla Decepción.
Bañarse en uno de los lugares más imprevisibles del planeta
A 120 kilómetros al norte de la península antártica se encuentra la isla Decepción, que forma parte del archipiélago de las Shetland del Sur. Dicho archipiélago tiene un largo de 500 kilómetros y es, en realidad, el final de la cordillera de los Andes, que desaparece bajo el mar en el extremo sur de la Patagonia.
La isla Decepción (que su nombre no te engañe...) contiene una depresión geográfica llena de agua de mar y que fue provocada por el derrumbe de un volcán. La isla es la caldera de un volcán activo que destruyó parcialmente las bases científicas localizadas en la isla en 1967 y de nuevo en 1969. De hecho, se espera que el volcán vuelva a hacer erupción.
Las aguas termales, esparcidas por toda la isla y a las que también se puede acceder removiendo un poco de tierra, se encuentran en un lugar privilegiado: la isla está rodeada de glaciares, edificios abandonados y muchos, muchísimos pingüinos.
Actualmente, la isla sólo tiene dos bases de investigación, la española y la argentina. Más allá de eso, la actividad principal de la isla es el turismo.
Si te fijas bien en las fotos, esa neblina que ves es generada por el agua evaporada. Sí, así de calientes son las aguas termales en Isla Decepción, donde la temperatura de las aguas oscila entre los 30 y los 70 grados.
De hecho, el sitio oficial de la isla recomienda usar botas o zapatos al bañarse, para evitar quemarse los pies. Otra cosa a tener en cuenta es que, si bien el agua está deliciosamente calentita, el aire sigue siendo cruelmente frío, por lo que es posible también sufrir quemaduras por el frío. Sobre todo si te quedas deambulando de traje de baño al aire libre, como si nada.
Batanga.com
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