¿Te has preguntado alguna vez por qué sucede? Te damos la respuesta científica a este hecho tan cotidiano del verano
Si hay algo que es un estándar de nuestras playas son los paseos que nos pegamos por la orilla. Ahora bien, caminar por la playa nos plantea una curiosa paradoja:al levantar el pie de la arena mojada vemos cómo la arena aparece fugazmente seca.
Si nos detenemos a pensarlo un poco, resulta cuando menos intrigante. Al presionar con nuestro pie la arena debería reaccionar como las esponjas cuando las apretamos: rezumando agua. Pero si nos fijamos, al levantar el pie no vemos esa delgada capa de agua encima de nuestra huella sino todo lo contrario, aparece seca. ¿Cómo es posible?
Les recomiendo que si están pasando sus vacaciones en una de nuestras playas hagan el siguiente experimento: cojan un poco de arena y póngala dentro de una botella de plástico flexible junto con algo de agua. Ahora, aprieten las paredes: observarán cómo el agua desaparece dentro de la arena. Esto sucede porque al presionar la arena, los granos se redistribuyen, lo que conduce a un aumento del volumen entre ellos. Hay más espacio para el agua y, por tanto, cabe más.
Lo interesante es que esta observación tan tontorrona es muy importante a la hora de aprovechar con eficacia el proceso de obtención del aceite o del vino: una mayor presión no tiene porqué producir una extracción del líquido.
Muy Interesante
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